miércoles, 27 de febrero de 2013

¡GRACIAS, SANTO PADRE!

Con respeto y gratitud a nuestro Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, que, durante ocho años al frente de la nave de la Iglesia, ha ejercido su Ministerio Apostólico, con gran sabiduría, generosidad, dignidad y sentido evangélico y eclesial; y, debido a su ancianidad, “por el bien de la Iglesia”, según sus propias palabras, ha tenido el gesto que todos los cristianos admiramos, de dejar la Sede de Pedro vacante, en vida, para que, en las difíciles tareas de la Misión Apostólica, le suceda quien el Espíritu Santo elija para este Ministerio. Reconocemos, agradecemos y felicitamos a Benedicto XVI por la ejemplaridad de sus virtudes, por su docto y fecundo Magisterio, por su entrega a los cristianos de todo el mundo, por la proclamación del “Año de la Fe” y la “Nueva Evangelización”, que van a dar un nuevo impulso a la Misión de la Iglesia. Del Santo Padre podemos aprender muchas virtudes; especialmente, las que son base y fundamento del edificio espiritual: Fe, esperanza, caridad, humildad, grandeza de alma, sabiduría, fortaleza, valentía, honradez, veracidad, humanidad, y un largo etc., que estos días no nos cansamos de escuchar, para ejemplaridad de todo el pueblo de Dios. 

Pidamos por el Papa en esta nueva etapa de su vida, que va a dedicar a orar más por nosotros; oremos también por el inminente Cónclave y por su sucesor en la Sede de San Pedro, para sea conforme al corazón de Cristo, el Buen Pastor.


(Palabras de la Madre Francisca Pérez Gómez,Superiora General de las Avemarianas, en carta circular al Instituto, el 20 de febrero de 2013)


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